DIEZMO Y OFRENDAS

Dar el diezmo es reconocer que todo lo que tenemos viene del Señor. Significa devolverle a Dios una pequeña parte de todo lo que él derrama en nuestras vidas. Cuando tenemos un corazón agradecido ofrendamos y diezmamos con alegría.

El dinero no es bueno ni malo: es neutro. Eso significa que con él podemos hacer tanto cosas buenas como cosas malas. Si nosotros amamos el dinero, la verdad es que no amamos a Dios. Mateo 6:24 dice: «Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.»

Cuando somos capaces de entregar a Dios parte de nuestro dinero con absoluta tranquilidad, estamos confiando en él y rompemos el poder del dinero en nuestras vidas.